Yo no salí de un MBA. Salí de un centro de rehabilitación emocional.
Fui internada por depresión, ansiedad y una enfermedad emocional que me hizo tocar fondo.
Pero ese fondo me enseñó a hablar con la verdad. Y hoy, mi historia factura, incluso mientras viajo o duermo. No porque sea perfecta, si no porque aprendí a comunicar desde la herida y no desde el ego.
Hoy quiero enseñarte a ti cómo hacerlo. Porque si yo lo logré con 10 rupturas, un libro escrito en el dolor y una voz temblorosa, tú también puedes convertir lo que viviste en una voz que transforma.
